Habitación 5020
Jay Bufton convirtió su habitación del hospital en un faro.
Nuevo, por dentro y por fuera
Hace unos años, una editorial cometió un gran error. Un libro había estado en el mercado durante años, y era hora de reestructurarlo. El autor lo reescribió para actualizarlo, pero cuando se publicó, hubo un problema. La editorial colocó una portada nueva hermosa, pero en su interior, estaba impreso el texto viejo.
Los intereses de los demás
Cuando mi amigo Jaime empezó a trabajar para una inmensa empresa internacional, se acercó un hombre a su escritorio, empezó a conversar y le preguntó qué hacía allí. Después de contarle al hombre cuál era su trabajo, Jaime le preguntó cómo se llamaba. «Me llamo Rich», contestó.
Un «hombre nuevo»
Mientras un grupo de adolescentes visitaba un hogar de ancianos, una joven observó a un hombre solitario en un rincón. No le quedaba mucho en este mundo más que una cama, de la cual no podía levantarse debido a su incapacidad física.
«Tengo mucho miedo»
«Tengo mucho miedo». Esta fue la nota conmovedora que una adolescente publicó en Facebook después de comunicarles a sus amigos que se realizaría unos exámenes médicos. La hospitalizarían y le harían una serie de estudios en una ciudad a tres horas de distancia de su casa, y, ansiosa, esperaba que los doctores descubrieran la causa de algunos problemas serios que tenía.
Aquí para servir
Era hora de que nuestra iglesia designara a un nuevo grupo de líderes. Para representar su función como líderes siervos, los ancianos de la iglesia participaron en una memorable ceremonia de lavado de los pies. Cada uno de los líderes, incluido el pastor, le lavó los pies a otro mientras la congregación observaba.
Dobles
Dicen que todos tenemos un doble. Algunos los llaman doppelgängers [dobles andantes]. Son personas que se parecen mucho a nosotros aunque no tienen ninguna conexión de sangre.
La canción de Violeta
Una anciana llamada Violeta estaba sentada sobre su cama en una enfermería, y sonrió cuando unos adolescentes fueron a visitarla. El aire caliente del mediodía abatía sin tregua, pero ella no se quejaba. En cambio, sonrió de oreja a oreja y cantó: «¡Voy corriendo, brincando, saltando y alabando al Señor!». Mientras cantaba, agitaba los brazos como si estuviera corriendo. Los ojos de los que la rodeaban se llenaron de lágrimas, porque Violeta no tenía piernas. Estaba cantando porque, según ella: «En el cielo, tendré piernas para correr».
Aprender el idioma
Me paré frente a la congregación en una pequeña iglesia jamaiquina y dije, en mi mejor dialecto local: «¿Wa Guan, Jamaica?». La reacción fue mejor de lo que esperaba, y me recibieron con sonrisas y aplausos.
Nuestro mejor Amigo
Cuando tenía doce años, mi familia se mudó a una ciudad en el desierto. Después de la clase de gimnasia, en medio del calor, salíamos corriendo a tomar agua. Como era delgado y pequeño, a veces, me empujaban para adelantarse a tomar agua. Un día, mi amigo José, que era grande y fuerte, vio lo que me sucedía. Estiró su brazo y exclamó: «¡Oigan! ¡Dejen que Banks beba primero!». Nunca volví a tener problemas en el bebedero.